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An. 2. Congr. Bras. Hispanistas Oct. 2002

 

LÍNGUA ESPANHOLA

 

Sobre objetos indirectos y duplicaciones

 

 

Açucena Ortega Rabadán; Alicia Gancedo; Mirta Groppi

USP (São Paulo)

 

 

0. Introducción

El español cuenta con la posibilidad de representar el objeto directo o indirecto de un verbo con sintagmas nominales1:

1. Vi a Juan.

o puede también representarlo con un clítico:

2. Lo vi.

pero no puede representarlo exclusivamente con un pronombre tónico, ni con preposición y pronombre tónico:

3. *Vi a él.

Los pronombres tónicos sólo pueden representar las funciones de sujeto o la de objeto de preposición:

4.
a. Juan estaba en la playa.

b. María me habló de él.

pero no de objeto directo o indirecto de un verbo.

5.
a. *Encontré a él en la playa.

b. *Di a él el mensaje de María.

En el caso de estos últimos objetos, el español exige la presencia del clítico, es decir, el clítico es obligatorio cuando el objeto directo o indirecto no está representado por un sintagma nominal2.

La elección entre el clítico o el SN dependerá de condiciones discursivas, y estas también harán que elijamos o no usar ambos:

6. A Juan lo encontré en la playa, pero María no estaba con él.

Es necesario diferenciar, por lo tanto, los casos en que el hablante puede decidir o no usar el pronombre clítico o la duplicación según sus necesidades informativas, de aquellos casos en que la gramática de la lengua exige la presencia del clítico. Como se comprenderá fácilmente, es esencial que el profesor de español entienda estas diferentes situaciones y si ese profesor tiene alumnos cuya primera lengua presenta un sistema pronominal con características diferentes, es crucial que el profesor consiga explicitar las condiciones de uso de esos pronombres.

Sabemos que el clítico dativo no puede faltar en aquellos verbos que, al decir de S. Fernández (op.cit.:211) se construyen con un verbo de sujeto de cosa. El autor se refiere a ocurrencias del tipo:

7.

a. A María no le gusta la playa.

b. No le gusta la playa.

c. *A María no gusta la playa.

Pero no conocemos exactamente las condiciones de presencia/ausencia de pronombres con los verbos que tienen tres argumentos y dos de ellos representan en la sintaxis un complemento directo y uno indirecto.

Lamentablemente, no siempre disponemos, los profesores, de fuentes de información claras al respecto. Hay puntos de la gramática que todavía no han conseguido una descripción suficientemente explícita.

Uno de estos puntos es el que nos ha reunido en este trabajo. Mis colegas y yo estamos tratando de entender la gramática del dativo. Cada una de nosotras, en realidad, trabaja sobre un aspecto diferente, pero hemos decidido traer, juntas, la preocupación por el mismo fenómeno: el uso del objeto indirecto sin el clítico dativo.3

Desde ya debemos aclarar que lo que pretendemos es, sencillamente, llamar la atención sobre ese punto y no traemos una respuesta definitiva aquí.4, pero sí vamos a mostrar algunos datos.

Finalmente, debemos aclarar que hemos creído necesario no considerar en un primer momento, las ocurrencias de estructuras reflexivas, por entender que, en español, introducen una problemática específica que puede oscurecer el fenómeno que queremos entender.

 

1. Antecedentes

1.1. En la bibliografía que trata de los objetos indirectos en español es común encontrar la observación de que la duplicación del objeto indirecto es más frecuente que la del objeto directo. Dentro de la Gramática Descriptiva de la Lengua Española,5 podemos leer en Campos (1999, p.1546):

Resumiendo, vemos entonces que la capacidad de un verbo de aparecer con un complemento indirecto está determinada léxicamente. Además, un sintagma nominal en función de complemento indirecto puede aparecer también con un verbo transitivo como con uno intransitivo y generalmente aparecerá precedido de la preposición a. En la mayoría de los casos este complemento indirecto estará reduplicado por un pronombre clítico dativo.

Ante menciones de ese tipo, nosotros nos preguntamos si habría datos firmes sobre esa frecuencia de aparición del dativo con y sin reduplicación. Encontramos mención del tema en Salvador Fernández (1951), quien afirma que el empleo del pronombre anafórico superfluo es mucho más frecuente en el caso dativo (op.cit. p. 211).6 Pero no aduzco cifras porque mis recuentos no han sido exhaustivos. (Salvador Fernández. op.cit. p. 211).

1.2. Es interesante aclarar que Salvador Fernández con el término anafórico superfluo se refiere, en la cita anterior, al clítico dativo, aunque luego va a decir que, en el caso de doble mención pronominal, es decir, del tipo:

8. A mí me gusta el café.

en realidad, el elemento pleonástico es el pronombre tónico, proque es el que puede faltar. Eso significa que aquellos contrastes que observamos al comienzo de este trabajo nos permiten concluir que el clítico, cuando aparece, es el argumento7, y que, por lo tanto, el sintagma con la preposición a es, en esas oraciones (y en otras con la llamada duplicación), um adjunto y no un elemento argumental.8

1.3. Las dificultades que podemos encontrar para entender cabalmente el tema no estriban solamente en una falta de datos numéricos, sino que se refieren a las condiciones de ocurrencia de dativos con y sin duplicación y también a la falta de descripciones ajustadas a la variación que pueda existir, es decir, no sabemos si hay, o no, variación diatópica o de otra naturaleza, en este punto.

 

3. Nuestros datos

3.1. El presente trabajo solo se propone alcanzar un primer escalón en ese estudio, es decir, mostrar las ocurrencias de dativo sin clítico en tres corpora diferentes:

- un corpus de producción oral, formado por diálogos entre entrevistador e informante, formado por 5 cintas de los Materiales para el estudio del español hablado en Uruguay (15 muestras de habla culta montevideana).9;

- un corpus de producción escrita, obtenido como respuesta a un test propuesto a hablantes nativos de español, montevideanos;

- un corpus de producción escrita, obtenido como respuesta a un test propuesto a alumnos de cursos de español para brasileños.

3.2. Veamos entonces los números. En primer lugar vamos a considerar los datos de los nativos. Es decir, primero observaremos números referentes a objetos indirectos y directos, respectivamente, obtenidos del estudio del corpus construido con los materiales de las cintas de Montevideo.

 

 

Como se ve, tenemos un 78 % de objetos directos representados solamente por sintagmas nominales frente a 5,6 % de objetos indirectos representados exclusivamente por sintagmas nominales (con preposición a). Aún no han sido estudiados los tipos de verbos de esos predicados, por lo tanto, son datos totales, en bruto podríamos decir.

Por otra parte, el 85,9% de las ocurrencias las constituyen estructuras con clíticos solamente, en el caso de los dativos. En el caso de los objetos directos, esas estructuras constituyen un 18% de la totalidad de las ocurrencias con objetos directos.

Esta última comparación podrá ser más clara en su indicación una vez estudiados ciertos factores como las condiciones discursivas: para utilizar una estructura con clíticos solamente, el referente de ese clítico, fundamentalmente, debe haber sido introducido antes en el discurso o, estar presente en la situación, en lo que interviene también la diferencia en la persona gramatical.10

Logicamente que no hay que buscar solamente las diferencias en las condiciones discursivas. Ya hablamos de que hay factores sintáctico-semánticos, pero también debemos examinar el posible peso de factores como el género y el caso. Y en este punto, volvemos al problema de conocer bien los datos de distintos dialectos.

Veamos algunos ejemplos de ese corpus.

9.
a. ... pudo aplicar elementos plásticos a la cerámica (...) (C12 I.80)

b. ...la actividad mía en el Plan Agropecuario es prestar asistencia técnica y crediticia a los productores rurales... (C.9 I.87)

c. ... hay personas que se dedican a amaestrar perros y después los venden a los productores...(C.9 I.87)

Ahora vamos a considerar los datos del test aplicado a nativos y los del test aplicado a brasileños estudiantes de español.

 

 

Veamos ejemplos de la producción de hablantes nativos:

10.
a. con clítico dativo:

Se alegra al comprobar que no se le rompieron. (C1.2)

b. con dativo y preposición a + SN:

Al ver que están rotos me daría mucha bronca y me dolería mucho, por el cariño que uno le tiene a las cosas.(C2)

c. con preposición a + sintagma nominal:

Yo los miraría para ver si están sanos y me pondría muy contenta y daría gracias a Dios porque los lentes no se rompieron.

Estos son ejemplos de estudiantes de ELE:

11.
a. cambio de preposición:

Inmediatamente se le ocurre que es mejor comprar un estuche para los lentes (D.8.7)
(... se le ocurre que es mejor comprarle un estuche a los lentes)

b. con clítico dativo:

Se me ocurrió una idea. (D7.8.10)
Se me cayeron las gafas. (D8.1.8)

c. con clítico dativo y preposición a + sintagma nominal:

Se le cayen las gafas al señor. (D7.8)

 

4. Conclusiones

Como vimos, esta primera compulsa confirma lo que se ha dicho en algunas descripciones sin datos numéricos: los dativos sin clíticos son mucho menos frecuentes que los acusativos.

Lo interesante radica en las razones que pueda haber para que los números sean estos. Olga Soriano (1999) presenta razones sintácticas (sintáctico-semánticas) para que las construcciones de duplicación de dativos sean mayoritarias; alude a los casos mencionados antes a través de la cita de S. Fernández, sobre casos como:

12.
a. A María no le gusta la playa.

b. No le gusta la playa.

Pero también podemos preguntarnos si estas son los únicos factores en juego, y también es interesante saber si los números que tenemos en el muestreo se repiten en todo dialecto del español, es decir, si el fenómeno presenta variación diatópica o si responde a variación diastrática, por ejemplo, o variación de registro. Ya dijimos que esto no es más que el inicio del estudio.

 

Referencias bibliográficas

ALARCOS, E. 1994Gramática de la lengua española. Madrid. Espasa Calpe.

BOSQUE, I& DEMONTE, V. (orgs.) 1999 Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid. Espasa.

CANO, R. 1987 Estructuras sintácticas transitivas en el español actual. Madrid. Gredos.

CAMPOS, H. 1999 Transitividad e intransitividad. In: I. Bosque &V. Demonte (orgs.) 1999. pp. 1519-1574.

ELIZAINCÍN, A. E B. LACA 1985 La duplicidad de objetos como problema del discurso. Anuario de Lingüística Hispánica V 1: 37-47.

FERNÁNDEZ, O. 1999 El pronombre personal. Formas y distribuciones. Pronombres átonos y tónicos. In: I. Bosque &V.Demonte (orgs.) 1999. pp. 1209-1274.

FERNÁNDEZ, S. 1951 Gramática Española. Los sonidos, el nombre y el pronombre. Madrid. Revista de Occidente.

GROPPI, M. 1997a Um caminho para o estudo dos pronomes. In Filologia e Lingüística Portuguesa I, pp 121-149.

GROPPI, M.1997b Pronomes pessoais no português do Brasil e no espanhol do Uruguai. Tese de doutoramento. USP.

GROPPI,M. 1998 Pronombres clíticos en el español de Montevideo. In Pragmalingüística 5-6 , pp 153-172. Universidad de Cádiz.

GROPPI, M. 2000 Ainda os clíticos: argumentos e adjuntos.II Congresso Nacional da ABRALIN e XIV Instituto Lingüístico. Florianópolis. (CD Rom)

GROPPI, M. 2001 Opcionalidad de la duplicación de clíticos en español. In: André Luiz G. Trouche e Lívia de Freitas Reis (orgs. ) Hispanismo 2000 Vol. I . pp. 230- 239. Brasília. Ministerio de EducaciónCultura y Deporte.Embajada de España en Brasil. ISBN: 85- 228- 0351- X.

GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, S. 1999 Los dativos. In: I.Bosque &V. Demonte (orgs.) 1999, pp 1855-1930.

 

 

1 Estos SNs podrán estar precedidos o no de preposición, según se trate de objeto directo o indirecto, o de casos de uso de la preposición a con el objeto directo.
2 V. Groppi, 1997, 1998, 2000, 2001. Olga Fernández (1999) se refiere explícitamente a esta restricción de la gramática de los pronombres fuertes.
3 Alicia Gancedo ha desarrollado su trabajo de investigación de maestría sobre el tema de las construc-ciones de dativo en la interlengua de brasileños estudiantes de español, en el marco del Programa de Posgrado del Área de Lengua y Literaturas Española y Latinoamericana, DLM, USP.
4 Hay un trabajo de maestría en curso sobre ese tema, en el Programa de Posgrado de Lengua y Literaturas Española y Latinoamericana de la FFLCH, USP, que es el trabajo de investigación de Açucena Ortega Rabadán.
5 Bosque, I.& V. Demonte, 1999.
6 El término anafórico está empleado con el valor que la tradición gramatical le ha dado, aplicado al elemento de referencia regresiva, y no con el valor con que se usaría después en la Generativa.
7 El análisis sintáctico de las oraciones con clítico, en Groppi, 1997b, está basado en esta noción.
8 Para esta noción de estos sintagmas duplicadores como adjuntos V. Groppi (1997b), Groppi (1998) y Groppi (2000). Para las funciones discursivas de la duplicación, Elizaincín, E y B. Laca (1985), Groppi (1997b), Groppi (1998), Groppi (2001).
9 Estas entrevistas fueron publicadas como Materiales para el estudio del español hablado en Uruguay (15 muestras de habla culta montevideana). Proyecto Aspectos sincrónicos y diacrónicos del español del Uruguay (ASDEU),1992. Instituto de Lingüística. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad de la República. Montevideo. El proyecto ASDEU es dirigido por Prof. Dr. Adolfo Elizaincín.
10 Nos referimos a que los pronombres de primera y segunda persona no precisan de mención no pronominal anterior, como los de tercera, por ejemplo.