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An. 2. Congr. Bras. Hispanistas Oct. 2002

 

LÍNGUA ESPANHOLA

 

Los marcadores discursivos en textos argumentativos de periódicos españoles y brasileños

 

 

Ivani Cristina Silva Fernandes

Universidad de Salamanca

 

 

1. Introducción.

En las últimas décadas ha habido un incremento en los estudios lingüísticos desde un marco extraoracional, esto es, desde una perspectiva que considera el lenguaje no sólo constituido por factores gramaticales sino como un conjunto de principios que regulan su uso en la comunicación tales como intención e interpretación de los interlocutores, contexto situacional, etc.

De este modo, uno de los temas más investigados se refiere a los marcadores discursivos, ya que tales elementos integran las unidades de predicación en el discurso (MARTÍN ZORRAQUINO, 1988, p. 26). Además, son instrumentos esenciales para la elaboración de cualquier discurso, pues contribuyen a su cohesión y coherencia. Tal importancia ya era en cierto modo reconocida desde la obra de Antonio de Nebrija, pasando por Gregorio Garcés (1791), V. Salvá (1830), A. Bello (1834) y llegando al siglo XX con las obras de Samuel Gili Gaya (1943) y de Juan Alcina / José Manuel Blecua (1975).

Son varios los estudios que intentan aclarar el concepto, los miembros y las funciones de los marcadores en diferentes idiomas. Sin embargo, todavía son incipientes las investigaciones de estas partículas desde un punto de vista comparativo entre lenguas distintas, dado que cada lengua organizará sus discursos peculiarmente y, por lo tanto, el empleo de los marcadores debe aportarnos datos interesantes sobre el funcionamiento discursivo. En este sentido, se destacan los estudios de Chevalier& Molho (1986) y Cuenca (1995) entre el francés, el catalán y el español.

En este trabajo pretendemos ejemplificar el tipo de investigación que está siendo realizada a nivel comparativo entre los marcadores discursivos en la lengua española y en la portuguesa. Los ejemplos de uso de los marcadores en textos periodísticos de la sección de opinión proceden del español peninsular, los cuales, posteriormente, serán confrontados con los del portugués de Brasil. Analizaremos los textos primordialmente formados por secuencias argumentativas, dado que propician el uso de determinados marcadores1 que poseen una especial atención en la investigación y en la enseñanza. Tal interés se debe a que la lengua no es esencialmente un instrumento de comunicación sino que abarca la constitución del sujeto y cómo éste concibe el mundo.

 

2. La definición de los marcadores discursivos.

De acuerdo con el trabajo de Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999), los marcadores discursivos son unidades lingüísticas invariables, no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional (son elementos marginales) y guían las inferencias que se realizan en la comunicación de acuerdo con las propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas. Las inferencias constituyen procesos de razonamiento que dependen de lo dicho y del contexto (de carácter mental, formado por las creencias que residen en la memoria y de la percepción inmediata de la situación o de lo que se ha dicho antes). Así, los marcadores son signos que no contribuyen directamente al significado conceptual de los enunciados (auxilian la condición de verdad), sino al de procesamiento (colaboran para la elaboración de inferencias). Además, la esfera de actuación de estas partículas se inserta en el marco del enunciado2 porque es inviable estudiar un objeto discursivo dentro de los límites de la oración, cuya definición se remite a una teoría gramatical.

En lo que se refiere a las características de los marcadores, hay algunas que no son compartidas por todos debido a la heterogeneidad de las clases gramaticales de las cuales provienen los marcadores (conjunciones, preposiciones, adverbios, interjecciones y las respectivas locuciones). Por ejemplo, el concepto de invariabilidad afronta dos obstáculos. En primer lugar, las formas que se utilizan como marcadores pueden ser empleadas en otros contextos en que actúan de distinta manera y; en segundo lugar, muchas de estas formas todavía están en un proceso de lexicalización. En cualquier caso, aunque haya excepciones, reconocemos como particularidades claves de los marcadores la invariabilidad; la posición inicial en el enunciado aun cuando puede encontrarse en el inciso o al final del miembro discursivo; las marcas entonativas; la imposibilidad de agregarse con especificadores o complementos; la imposibilidad de que sean negados; la posibilidad de coordinarse sólo con sintagmas o con otros marcadores que están en posición de inciso; la no integración con la totalidad del miembro discursivo; la imposibilidad de no ocupar un turno de palabra salvo en el caso de los marcadores conversacionales. Como ejemplo de todo lo expuesto, observemos un fragmento extraído del periódico El País referente al partido entre España y Corea, en el cual el equipo español fue eliminado de la Copa:

Mil millones de personas siguieron el sábado el partido España-Corea. Por tanto, ése fue el atraco más visto de la historia y su importancia trasciende del ámbito del fútbol. Éste es, sin duda, el deporte más popular. Ahora, además, se está introduciendo con fuerza en Estados Unidos. En consecuencia, resulta esencial que el juego limpio y la seriedad en la aplicación del reglamento acompañen a la profesionalización, el espectáculo y la alta tecnología. En caso contrario, ¿qué ejemplo estamos dando a los millones de niños que lo vieron? Uno muy claro: la corrupción es más importante que el esfuerzo para jugar bien. (El País, 26.06.2002)

Los elementos señalados en negrita en este contexto se comportan como marcadores discursivos porque están en posición inicial o en inciso y poseen una marca entonativa debido a que se ubican tras punto3. Además, son invariables dado que es imposible la variación de número o género como *por tantos o sin dudas. No pueden recibir un complemento (sin ninguna duda,* además de..., *en consecuencia de todo) y tampoco pueden ser negados (*No por tanto, ése fue el atraco más visto de la historia) o ocupar un turno.

Por otro lado, existe en el fragmento un elemento — ahora — que parece marcador, pues está en posición inicial, pero, en realidad, tal elemento es un adverbio de tiempo que señala un contraste entre los hechos, presuponiendo uno antes y uno después. Incluso sería posible sustituirlo por en este momento.

Después de todos los esclarecimientos anteriores, nos falta, sin embargo, señalar su última característica y, a la vez, la función clave de los marcadores: guiar las inferencias y establecer el significado de procesamiento que permiten que el locutor trasmita su intención y argumente su razonamiento. Primeramente, el locutor considera que el partido fue irregular y para transmitir tal idea utilizó la metáfora del atraco. Sin embargo, el lector sólo capta tal idea porque establece una relación de consecuencia a través de un proceso de razonamiento, o sea, de inferencia ( premisa 1: Mil millones de personas siguieron el partido España – Corea. / premisa 2 (implícita): El partido España - Corea fue un atraco. / conclusión: Por lo tanto, el partido fue el atraco más visto de la historia). Dicho razonamiento es posible gracias a la relación de consecuencia establecida por el conector consecutivo por tanto, el cual introduce el enunciado consecuente de un razonamiento a partir del miembro antecedente (MARTÍN ZORRAQUINO, 1999, p. 4100).

A continuación, el locutor nos muestra una evidencia, una afirmación que puede ser considerada verídica, ya que todos los interlocutores supuestamente conocen tal hecho. Aquí, nuevamente, tal inferencia es plausible porque el locutor emplea el marcador conversacional de modalidad epistémica sin duda, añadiendo otro argumento a través del conector aditivo además. Y, por último, nos encontramos ante otra relación de consecuencia, aparentemente idéntica a la del inicio del fragmento establecida por el conector en consecuencia

De esta forma, consideramos que el estudio de los marcadores discursivos nos revelará mecanismos no sólo lingüísticos, sino de organización de texto e, incluso, de perspectivas ante un hecho real. Sin duda, cada lengua, aunque siendo regida por principios únicos, utilizará los recursos lingüísticos de manera peculiar.

 

3. La prensa de opinión: un espacio de labor para los marcadores.

El lenguaje es una facultad propia del ser humano que no sólo se comunica sino que crea una versión de la realidad a su alrededor. Así, es en la prensa donde mejor se refleja esta labor y, por este motivo, pensamos que en la sección de opinión será evidente el empleo de los recursos lingüísticos de cohesión y coherencia y, en particular, los marcadores como elementos que guían las inferencias y tejen argumentos.

Los marcadores generalmente aparecen clasificados en cinco categorías 4: estructuradores de la información, conectores, reformuladores, marcadores conversacionales y operadores. Tales categorías, a su vez, están subdivididas según las instrucciones que aportan a la estructura informativa del discurso, esto es, los marcadores contribuyen al desarrollo informativo añadiendo, contraponiendo y rectificando informaciones, además de otras relaciones establecidas dentro del discurso.

Ya existen investigaciones sobre los marcadores en varias lenguas que se concentran en la modalidad oral. Sin embargo, ahora hay un interés en estudiarlos de manera contrastiva en portugués y en español, puesto que se observan dificultades en este aspecto cuando un lusohablante emplea el español y viceversa. Tal problema no sólo procede de la correspondencia entre marcadores de ambos idiomas sino de cómo el hablante estructura el discurso en su lengua.

Ante este panorama, hemos empezado un estudio de los marcadores en textos argumentativos en El País y Estado de Sao Paulo, periódicos de gran circulación en España y en Brasil respectivamente. Hemos analizado un total de 100 textos de cada periódico entre editoriales, crónicas, comentarios y cartas al director. En español, hemos obtenido una media de 1,21 páginas y 412,24 palabras en cada texto. En lo tocante al portugués, la media ha sido de 1,42 páginas y 661,57 palabras. A propósito de las diferencias numéricas entre las muestras, es importante señalar que éstas no influirán en nuestra investigación considerando que se dan por el estilo de texto en cada periódico, en especial las crónicas, en que uno tiende a poseer párrafos más largos que otros.

Como resultados, hemos encontrado un total de 633 empleos de marcadores en español y 736 en portugués. En lo que respecta a tipos de marcadores, hemos localizado 93 tipos en español y 104 en portugués. Podemos verificar que, aunque los marcadores sean importantes en la construcción de los textos independientemente del idioma, los textos en portugués poseen más marcadores porque las crónicas en portugués son elaboradas con un mayor número de marcadores en comparación al español (251 marcadores en portugués contra 156 en portugués).

Los marcadores más utilizados tanto en español como en el portugués son los conectores (unen semántica y pragmáticamente los miembros del discurso) y los operadores argumentativos (restringen las posibilidades argumentativas sin relacionar con los miembros anteriores). Los más destacados son los marcadores prototípicos de los conectores, o sea, el conector aditivo y / e (103 ocurrencias en español y 158 en portugués) y el conector contraargumentativo pero / mas ( 129 casos en español y 125 en portugués). Comparando los dos idiomas en lo que concierne a clases de marcadores, en los textos en español hay más estructuradores de información (organizan informativamente el discurso), incluso son los más variados en el empleo de formas, y marcadores conversacionales (cumple una función interactiva, además de la informativa). Respecto a los textos en portugués, verificamos, además de los conectores y de los operadores argumentativos, también un mayor uso de reformuladores (que reformulan el miembro anterior, explicándolo o rectificándolo).

Teniendo en cuenta que los textos del editorial en El País suelen poseer párrafos más largos mientras que los del Estado de Sao Paulo los poseen cortos, podemos afirmar que probablemente el hablante del español peninsular tiene la necesidad de organizar su texto y, en consecuencia, usa una gran variedad de estructuradores. El hablante del portugués de Brasil, sin embargo, busca la claridad de la información a través de la explicación y de la recapitulación.

Sin duda, se utilizan mucho los contraargumentativos en ambos idiomas, ya que el principal objeto del texto es la argumentación de un juicio. Sin embargo, los matices de significado varían según el contexto y la intención del hablante. En el trabajo de Domínguez García (2001) sobre los conectores en textos argumentativos, la autora describe dos tipos de valores para pero: el opositivo (cancela conclusiones) y el metadiscursivo (organiza el discurso y controla el acto ilocutorio). Dentro de cada conjunto existen descripciones de efectos e instrucciones que dicho conector pueda realizar. Por ejemplo, pero puede mostrar otros valores además del simplemente opositivo:

(...) El cuerpo y el alma de la nación integran su yo. Pero la nación, como el ser humano en la filosofía de Ortega y Gasset, es su yo y su circunstancia. Toda nación debe decir, para comprenderse a sí misma, 'yo, nación, soy yo y mi circunstancia', añadiendo, como nos enseñó el mismo Ortega, 'y si no la salvo a ella no me salvo yo'. Pero ¿en qué consiste la circunstancia de una nación? Es lo que está en su torno con especial semejanza a ella (...) (El País 12.07.2002)

En este texto sobre la búsqueda de un yo nacional, el autor emplea en este fragmento dos peros diferentes. El primero establece una relación de rectificación ya que el segundo enunciado rectifica el primero. En lo que respecta al segundo pero, además de su valor contraargumentativo (pues cancela la conclusión de que se sabe cuál es el yo y las circunstancias de una nación); distinguimos un valor metadiscursivo, visto que marca el acto ilocutivo de preguntar, acto este que es esencial para la progresión argumentativa. Aclaramos que no hay varios tipos de pero sino que dicho marcador asume algunos valores de acuerdo con el contexto. En portugués, aunque también se establezcan dichos valores, no hay una correspondencia entre marcadores como el caso del marcador ora:

(...) No futebol, quanto maior a expectativa e quanto mais famoso o jogador, mais forte - lembram-se da Copa? - a cobrança.
E na sociedade, como nos comportamos? Ora, no caso do Brasil, devido as nossas práticas hierárquicas, invertemos tudo. E quanto mais poderosa e rica a pessoa, menos a punimos e castigamos (...). (Estado de Sao Paulo, 11.07.2002)

En este fragmento en que se compara el fútbol a la sociedad, observamos que, primeramente, el hablante se refiere a la responsabilidades de los individuos cuando desempeñan ciertas representaciones en la sociedad. Tal idea está ejemplificada a través del fútbol. Luego, el conector aditivo e introduce una pregunta, estableciendo un contraste entre lo que ocurre en el fútbol y en la sociedad. Por fin, el conector ora inserta el miembro contraargumentativo que establece la total oposición entre los dos ámbitos. No obstante, este conector también nos transmite una cierta actitud del hablante ante la enunciación que, en este caso, sería de sorpresa e indignación ante el hecho que el conector pero no podría abarcar en una supuesta traducción.

 

4. Conclusión.

Pese a la ideología del periódico, al estilo del escritor y a otros factores que puedan influir en el empleo de los marcadores, creemos que el hablante se vale de las herramientas de la lengua para argumentar y, por lo tanto, éstas condicionan algunas formas dentro de la tipología textual. Así, es muy probable que haya interferencias discursivas entre el portugués y el español.

Además de contribuir a los estudios lingüísticos en el área de la Pragmática, en particular, en el Análisis del Discurso; hacemos hincapié, sobre todo, en la importancia de este asunto en el ámbito de las investigaciones en la enseñanza del español para brasileños. Se observa que los profesores comúnmente atribuyen los equívocos en esta área a un fenómeno de transferencia lingüística típico de la ínterlengua, muchas veces entendida de manera errónea como simple transposición lingüística de vocablos de la lengua materna a la lengua extranjera. Sin embargo, el problema no es sólo de transferencia lingüística sino de conocimiento de la formación discursiva en español y de los valores de cada operador argumentativo en éste. No es suficiente trabajar los marcadores como un problema de léxico e intentar establecer correspondencia exacta entre el portugués y el español porque saber el significado de un marcador no garantiza la interpretación de un enunciado ya que tal hecho depende más de captar la intención comunicativa.

Después de todo lo expuesto, concluimos que es necesario profundizar en los estudios de los marcadores discursivos acerca de los empleos y correspondencias en el español y el portugués. Las hipótesis aquí presentadas carecen de un estudio más profundizado, carencia esta que se intentará resolver en nuestros próximos trabajos.

 

Referencias bibliograficas

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BELLO, A. Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos. Madrid, Arco Libros, 1847.

CHEVALIER, J.C., MOLHO, M. "De l’implication: esp. pues fr. puis". In: Tralili 24, 1986, p. 23-34.

CUENCA, M. J. "Processi di grammaticalizzazione: il caso dei connetivi in catalano e in spagnolo". In Atti del XXI Congresso Internazionale di Linguística e Filologia Romanza, Tübingen, Francke Verlag, 1995.

DOMÍNGUEZ GARCÍA, M. N. La organización del discurso argumentativo: los conectores. Salamanca, 2002. 525 p. + apéndice (CD Rom). Tese (Doctorado).Universidad de Salamanca.

EL PAÍS. Madrid, jun.-jul. 2002. Artículos disponible en Internet: http://www.elpais.es

ESCANDELL VIDAL, M. V. Introducción a la pragmática. Barcelona, Ariel, 1999.

ESTADO DE SAO PAULO. jul. 2002. Artículos disponible en Internet: http://www.estado.estadao.com.br/

FUENTES RODRÍGUEZ, C. La organización informativa del texto. Cuadernos de Lengua Española, Madrid, Arco Libros, 1999.

GARCÉS, G. Fundamento del vigor y elegancia de la lengua castellana, expuesto en el propio y vario uso de sus partículas. Madrid, Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1791.

GILI GAYA, S. Curso superior de sintaxis. Barcelona, Biblograf, 1943.

MARTÍN ZORRAQUINO, M. A. "Los marcadores del discurso desde el punto de vista gramatical". In: MARTÍN ZORRAQUINO, M. A., MONTOLÍO DURÁN, E. (orgs.). Los marcadores del discurso: Teoría y análisis. Madrid, Arcos Libro, 1988, p. 19-53.

MARTÍN ZORRAQUINO, M. A., PORTOLÉS LÁZARO, J. "Los marcadores discursivos". In: BOSQUE, I., DEMEONTE, V. (orgs.). Gramática descriptiva del español. Madrid, Espasa, vol. 3, 1999, p. 4051-4213.

MONTOLÍO, E. Conectores de la lengua escrita. Barcelona, Ariel, 2001.

PLANTIN, C.. La argumentación. Barcelona, Ariel, 2001.

SALVÁ, V. Gramática de la lengua castellana según ahora se habla. Madrid, Arco Libros, 1830.

 

 

1 Nos referimos a los conectores y a los operadores, marcadores discursivos muy empleados para establecer las relaciones argumentativas, aunque cualquier marcador pueda ser usado, independientemente del texto, según las intenciones comunicativas del locutor.
2 Usamos el concepto de enunciado propuesto por Domínguez García (2001) en su trabajo sobre los conectores en la modalidad escrita. Según la autora, el enunciado es una unidad discursiva, esto es, no depende de criterios gramaticales, emitida en un contexto real. Sus límites se establecen entre una mayúscula inicial y un punto (.), o un punto y coma (;) o dos puntos (:), siempre y cuando estos dos signos se comporten de manera equivalente a punto.
3 En el trabajo de Domínguez (2001), uno de los criterios para considerar una unidad como marcador es el ortográfico en que tal elemento esté tras punto o en inciso.
4 Martín Zorraquino y Portolés (2001) propusieron esta clasificación que es una de las más completas, aunque no sea la única. En ésta definen que:
-estructuradores de la información: señalan la organización informativa de los discursivos y son desproveídos de significado argumentativo. Están relacionados con el desarrollo de los tópicos y comentarios (están divididos en comentadores, ordenadores y digresores);
-conectores: vinculan semántica y pragmáticamente un miembro discursivo con otro miembro anterior, consecuentemente, guían inferencias que se han de obtener del conjunto de los miembros relacionados (divididos en aditivos, consecutivos y contraargumentativos);
-reformuladores: presentan el miembro del discurso que introducen como un nueva formulación de un miembro anterior (divididos en explicativos, rectificativos, recapitulativos y de distanciamento);
-operadores argumentativos: son los marcadores que condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso en que se incluye, pero sin relacionarlo con otro miembro anterior (divididos en de refuerzo argumentativo, de concreción);
-marcadores conversacionales: cumplen, además de una función informativa (orientada hacia el mensaje), predominante en el texto escrito, una función interactiva, orientada hacia el interlocutor, favoreciendo el cambio del tema, uso de expresiones indicadoras de recepción del mensaje, de compresión del mensaje o de mantenimiento del contacto (divididos en modalidad epistémica, modalidad deóntica, enfocador de alteridad, metadiscursivo conversacional).