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An. 2. Congr. Bras. Hispanistas Oct. 2002

 

LÍNGUA ESPANHOLA

 

Pragmática de clíticos de acusativo y su representación sintáctica

 

 

Paulo Antonio Pinheiro Correa

UFRJ (Rio de Janeiro)

 

 

1.Introducción

El español presenta el fenómeno de la duplicación de clíticos, en que un SN de objeto y un pronombre clítico correferencian un mismo argumento de la oración. La duplicación de SSNN de caso dativo es común a todas las variedades de la lengua, pero en Sudamérica, especialmente en la variedad rioplatense se verifica el fenómeno de la duplicación de SSNN de caso acusativo.

En este trabajo se analiza el papel que juegan los clíticos de acusativo que duplican SSNN. Aunque esos clíticos suelen considerarse como miembros de una clase única, - frente a los reflexivos y dativos - se demostrará que los clíticos de acusativo no forman una clase uniforme. Además de representar funciones distintas según la posición que ocupen, son de distinta naturaleza, pues mientras unos son obligatorios y atienden a imposiciones gramaticales, otros vehiculan contenido pragmático, relacionado a la experiencia de mundo del productor del enunciado.

 

2.Una tipología

Los clíticos de acusativo que duplican SSNN en español pueden clasificarse bajo los siguientes tipos, seguidos de sus ejemplos:1

a) clíticos que duplican un SN con función objeto en posición de tópico.
(1) Las cátedras las tuve después del ’56. (BARRENECHEA, 1982, p. 183)
b) Clíticos que duplican SSNN de objeto en posición canónica, en cuya oración el objeto tiene el estatus informacional de "nuevo".
(2) Sabes, eso de las matemáticas, eso es lo que la espantó a mi hija. (BARRENECHEA, 1982, p.189)
c) Clíticos que duplican SSNN de objeto en cuya oración el objeto es "viejo".
(3) ... pasan también contoneando (sic) al Cristo caído de la cruz... que va con el manto y la cruz eh... vestida y lo también (sic) lo van haciendo el mismo contoneo... (GROPPI, 2001, p. 234)
d) Clíticos que duplican SSNN pronominales.
(4) La llamaron a ella. (SUÑER, 1988, p. 394)

Los clíticos en (a) ocurren obligatoriamente en esa posición adyacente al verbo, siempre que un SN de objeto sale de su posición original. Se trata, por lo tanto, de una referencia anafórica y es común a todas las variedades de la lengua. Los clíticos en (b) están sujetos a variación: podrían considerarse "opcionales" desde el punto de vista de la sintaxis, ya que su ausencia no conlleva la agramaticalidad. Es un fenómeno restricto a zonas de Sudamérica, como la variedad rioplatense del idioma. Como se trata de un clítico que se expresa en la oración antes que el SN al que se refiere, es una referencia catafórica. Se lo considera como vinculado a una interpretación remática o focal, frente a los de (c), de interpretación topical. (cf. MARTÍNEZ, 1999, p. 2775).

El caso de (c) se semeja al de (b) salvo que aquí hay una diferencia de calidad del SN en relación con el discurso, ya que el estatus informacional de dicho SN es "viejo", por lo tanto, es un tópico. Si es información vieja, el clítico, que mantiene identidad de rasgos de género, número y caso con el SN constituye un tópico y hace una referencia anafórica, ya que alude a un elemento ya presente en el discurso. Muchas veces, el hablante, tras haber mencionado el clítico tópico retoma el referente, repitiéndolo con la intención de deshacer ambigüedades en la interpretación. El referente repetido constituye el "antitópico", que no puede ser tópico porque esa función ya la ocupó el clítico, y tampoco es información nueva, así se localiza en posición canónica, pero como información vieja. El caso de (d) supone una regla categórica y resulta que si el SN no es pleno, o sea es un pronombre que por sí ya es una referencia a dado ente, no puede surgir en construcciones sin el clítico. Es una referencia catafórica.

Lo expuesto sirve para aclarar que el fenómeno de los clíticos de acusativo que duplican SSNN en español es bastante complejo y que una regla unificada no alcanza para explicar los casos, por ejemplo en que hay variación entre duplicación y no-duplicación. Este trabajo investiga los clíticos sujetos a variación en un intento de aclarar las razones para su ocurrencia.

De acuerdo con Correa (2002a), el estatus informacional del SN (Prince, 1980) es crucial para establecerse una diferencia entre los dos tipos de clíticos sujetos a variación entre duplicación y no-duplicación – (b) y (c). No es posible tratarse ambos ejemplos como antitópico, ya que, si en (c) hay un referente discursivo al que el pronombre alude, lo mismo no puede decirse de (b), que empieza a referenciar algo que todavía no ha sido dicho, ya que el SN que le sigue se caracteriza por vehicular información nueva.

O sea, la duplicación bajo una regla variable se hiende en dos fenómenos distintos. Si bien los casos ejemplificados por (c) están explicados por la regla del antitópico, la duplicación, en regla variable, de SSNN de estatus informacional nuevo carece de explicación. Suñer (1988) defiende que la duplicación estaría directamente vinculada al rasgo [+específico] del SN, lo que es rechazado por Franco (2000), que presenta contra-ejemplos como el de abajo:

(5) Juan lo invitaba a uno y luego se olvidaba (FRANCO, 2000, p. 176)

De acuerdo con la hipótesis de la dominancia del rasgo [+específico] la duplicación sólo ocurriría en relación con un referente SN especificado, lo que no es el caso, ya que uno es un pronombre de referencia arbitraria. Correa (2002a) demuestra que ninguno de los rasgos sintáctico/semánticos evaluados separadamente pudo indicarse como causante de la variación en juego. Así que este fenómeno estaría vinculado a nociones más amplias que el módulo sintáctico en sí mismo, como la pragmática y/o el discurso. De acuerdo con Groppi (2002) la duplicación de clíticos se vincula a la necesidad de vehiculación de la información:

"Por lo tanto, es necesario comprender que es imposible examinar el fenómeno de la duplicación sin mencionar el tema de la vehiculación de la información. Creo que, fuera de los casos que están bajo la regla categórica antes vista, la duplicación en español obedece a razones discursivas." (GROPPI, 2001, p. 233)2

 

3.Clíticos flexionales y clíticos derivacionales

Anderson (1993), en un análisis comparativo entre clíticos y afijos, distingue los clíticos en dos tipos: flexionales y derivacionales. Los flexionales serían elementos puramente gramaticales, que estarían a servicio de la gramática de la lengua. En español, por ejemplo, lengua de objeto no-nulo, dichos clíticos están obligatoriamente en relación de distribución complementaria con un SN. Por lo tanto, los clíticos flexionales no presentan ningún matiz interpretativo, como en el siguiente ejemplo:

(6) – ¿Viste a Kiko?-Sí, lo vi. (CAMPOS, 1999, p.1529)

Además, de ese modo, pueden clasificarse como flexionales3 clíticos que duplican SSNN, pro no todos, sino aquellos representados por los ejemplos (1), (3) y (4) arriba. (1) y (4) se clasificarían como flexionales por su carácter obligatorio y (3), debido a que, si considerados como antitópicos, juegan el papel de pura referencia anafórica, dentro del marco de la distribución complementaria entre SN y clítico, con la diferencia de que en este caso, el hablante, tras haber empleado el pronombre, se da cuenta de que puede haber ambigüedades en la interpretación y lo refuerza haciendo mención explícita al referente otra vez.

Los clíticos derivacionales, de otro lado, jugarían en la lengua el papel de presentar contenido semántico o discursivo-funcional, "netamente distinto del tipo de material gramatical representado por el clítico flexional"(ANDERSON, 1993, p.87)4. Ese corresponde a aquellos clíticos representados en (3), que pueden manifestarse o no y cuya omisión o presencia no perjudica la gramaticalidad, como en este otro ejemplo:

(7a) ¿Usted sabe cómo la sacó la raya Alvarito? (BARRENECHEA, id., p. 469), que podría también haberse realizado sin el clítico:
(7b) ¿Usted sabe cómo ____ sacó la raya Alvarito?

La razón para esa variación se encuentra en la teoría de los Actos de Habla (Austin, 1962, Sarle, 1969). Como dice Medina, El acto de habla establece una relación entre, de un lado, la Gramática, cuyo dominio es la oración y, de otro, la Pragmática, cuyo dominio es el enunciado.

"La característica fundamental del acto de habla es la existencia de la intención ilocutiva (o propósito ilocutivo) del hablante, que el oyente debe inferir a partir de las propiedades del enunciado." (MEDINA, 1999, p. 3882)

La pragmática está relacionada a la experiencia del hablante y a su conocimiento de mundo; no respecta a los elementos la oración, como la sintaxis, sino a los intereses e intenciones de un hablante que produce un enunciado específico.

Correa (2002b), a través del examen de oraciones concesivas contrastivas, entre otras, demuestra que en español se da una interficie entre la morfología y la pragmática, en que el conocimiento de mundo de un emisor que produce el enunciado interviene en la elección de desinencias verbales, codificando diferentemente eventos factuales o hipotéticos. El grado de verdad de una argumentación está directamente vinculado a la lógica y a la pragmática. Lo que propone este trabajo es que los clíticos de acusativo que duplican SSNN de información nueva, ejemplificados por (3) son categorías pragmáticas y no sintácticas, que no están ubicados allí por razones sintácticas o morfológicas, sino que vehiculan información proveniente de la experiencia del hablante, que, a través de esas partículas se codifica en la estructura sintáctica.

Bajo la luz de la categoría pragmática de acto de habla expresivo, el ejemplo abajo, retirado del córpus El Español Hablado en la Ciudad de Buenos Aires (Barrenechea, 1982) tiene por fin una explicación satisfactoria:

(8) Enc:-(...)Le parece que se necesita un oído educado para escuchar a Piazzola?
Inf: -No no no no no, yo pienso al revés.
Enc.: -Y por qué se lo rechaza tanto?
Inf: Al... yo creo que ya no se lo rechaza menos; más aún, yo la invito a hacer ese experimento: tomar todo lo que es sacando Piazzola (...) Tomémoslo a Troilo, tomémoslo a Berlingieri, tomémoslo a Salgán, tomemos eh... a Rovira--- tomemos a este chico Piro, tomemos todo lo que se está haciendo en tango en este momento, todos tienen un pedacito de Piazzola--- no lo pueden negar. Ya no... ya no hay tanta re... eh ... refractación; lo que pienso... esté... que no se entere Piazzola, pobre, le dolería mucho. Es que él está un poco agotado en ideas ...
Enc. -Claro. (BARRENECHEA, id., p. 45)

Al considerar rasgos aislados de los SSNN duplicados que van destacados en negrita, Correa (2002 a) no logra apuntar las razones que hacen que tres SSNN dupliquen y los otros dos siguientes, no. Aunque los sintagmas comparten los rasgos: [+ específico], [+ animado], [+ humano], [+ contable] y [+ introducido por la marca ‘a’], solamente los tres primeros presentan una duplicación a través de un clítico.

Si se analizan los datos a la luz de la pragmática, se verificará que el hablante se identifica ideológicamente con los tres primeros artistas y el clítico sirve para establecer ese vínculo de identidad entre el locutor y el ente mencionado. Ese vínculo no existe en el caso de Rovira, lo que se pone de manifiesto a través de la pausa, que separa aquellos SSNN con los que se identifica el hablante - y que ya los tenía en mente en el momento de decir - de otros que pensó posteriormente, luego de la pausa y con los que no guarda vínculo afectivo o identidad, como en el caso de Rovira y de ese chico Piro. Tal es la falta de identidad con ese último SN que le matiza la referencia con una expresión creadora de distancia, ‘ese chico’.

Lo mismo podrá observarse en este otro ejemplo que presenta un mismo referente primeramente sin duplicar y después duplicado cuando uno quiere poner en evidencia una relación de identidad con lo que se dice.

(9)
Inf. E. -Ésa es la A. G.
Enc.-Ah.
Inf. B. -Tiene linda voz.
Enc. -El otro día oí a la Sosa, que nunca la había oído. ¿Cómo se llama? Mercedes Sosa.
Inf. B. -Sí, mirá, ¿eh? Enc. -Pero qué buena es. Inf. B. -Es fantástica es.
Inf . D. - [
Enc. -Mercedes Sosa.
Inf. D. -¿Qué canta?
Inf. E. -Folclore.
Inf. B. -Folclore, pero es muy buena, muy, muy buena. Ésta es... eh... m... A. G. es, más vale, de tipo folclore paraguayo.
Inf. D. -Sí, correntino.
Inf. B. -Mercedes Sosa es...
Inf. D. -Litoraleño.
Inf. B. -Yo la vi a Mercedes Sosa la primera vez que cantó...
Inf. E. -¡Ay!, no hemos dicho salud. Chin chin.
Inf. D. -Chin chin.
Inf - A - -Chin chin, salud.
Inf. E. -Bueno, yo ya lo terminé. (IDEM, p. 489)

Cuando la locutora dice el otro día oí a la Sosa, que nunca la había oído está introduciendo por primera vez el asunto y luego refuerza la importancia de lo que dice, preguntando y contestándolo ella misma. Luego que se aclara de quien se trata y hay comentarios favorables otra locutora interviene y hace un enlace entre sí misma, ser que produce el enunciado y el objeto afectado por la acción mencionada. Tal vínculo se materializa, como en el ejemplo anterior, a través del clítico de identidad. Ese enunciado supone un acto de habla expresivo e interesa expresar actitudes emocionales del hablante. Al portarse así, ese clítico hace más bien una referencia deíctica empatética antes que catafórica. A ese clítico debidamente identificado y distinguido de los demás pronombres involucrados en la duplicación se le propondrá llamar aquí clítico deíctico. Otra razón para considerarse ese clítico como deíctico es que no siempre la identidad de rasgos de número, caso y género está asegurada, como lo demuestran los ejemplos abajo:

(10) Lo quiere mucho a su hijita (ROJAS 1980, p. 83, apud CAMPOS op cit., p.1569)

En (10) no hay identidad de rasgo de género y, sin embargo, la representación de identidad o empatía entre hablante y objeto mencionado su hijita/casita está asegurada por el simple empleo de esa marca deíctica. Mecanismo similar podría observarse en el caso dativo, cuando la presencia de un objeto indirecto con papel temático benefactivo en la oración se anuncia con un clítico le que no comparte rasgos de número con el SN en cuestión, hecho que sucede bastante a menudo, como indica Martínez:

(11) Yo siempre le digo a mis hijos lo mismo (MARTÍNEZ, op. cit., p. 2776)

 

4. Representación Sintáctica

En los ejemplos de arriba, ha entrado en juego un elemento proveniente del conocimiento de mundo, vinculado al estatus de aquel ente gramatical en el mundo. Si este tipo de sutileza puede ser captada por la estructura sintáctica, entonces, se trata de una sintaxis abierta a informaciones que provienen de la situación discursiva, que aúna el rigor formal y la indexación de elementos del mundo dicho "real". En las palabras de Uriagereka:

"Una teoría sintáctica que expresa dependencias formalmente alcanza el punto de establecer cadenas válidas (entre elementos) y nada más. Esas cadenas tienen mecanismos de indexación, pero los índices no portan valores semánticos. Atribución de valor es una materia que depende de un discurso, lo que significa decir, el punto de vista de un hablante o de algún otro sujeto. De eso trata da Pragmática. (URIAGEREKA, 1995, p. 155).

De ese modo, Uriagereka propone, dentro del marco de la gramática generativa, que si hay elementos que son de naturaleza discursivo/pragmática y no estrictamente sintáctica o morfológica, estos estarían representados en la estructura sintáctica a través de un sintagma exclusivo. Tal sintagma juega un papel en la atribución de valor (existencia) a índices formales (relaciones) creados por la sintaxis, ya que el enunciado supone un hablante que lo produce. "Todas las operaciones de información teórica necesitan estar mediadas por un punto de vista" (id.ibid.). Así que esa categoría involucra cuestiones relativas a tópico, foco, énfasis y contraste.

Según el razonamiento de Uriagereka, clíticos con funciones discursivas, como aquellos que duplican SSNN también estarían vinculados a la estructura sintáctica bajo ese nudo. En efecto, de acuerdo con lo demostrado en este trabajo, no habría razón para suponer que clíticos de naturaleza distinta como los anafóricos y los deícticos tengan la misma representación sintáctica. Mientras los clíticos anafóricos expresan una relación gramatical, los deícticos traducen un influjo pragmático en la sintaxis y, por esta razón, estos sí podrían ubicarse bajo la categoría F. Asimismo el sí enfático y el pronombre sujeto contrastivo formarían parte de ese conjunto.

 

5. Conclusión

Se ha demostrado que el español dispone de clíticos simples (flexionales) y especiales (derivacionales). A través de una taxonomía se ha puesto en relieve la necesidad que hay de distinguir entre los varios tipos de clíticos involucrados en la duplicación de SSNN de caso acusativo. La aparente variación libre entre la duplicación o no de sintagmas nominales tiene explicación en la Teoría de los Actos de Habla.

Los clíticos sujetos a variación se dividen en dos tipos: los clíticos anafóricos - que hacen referencia a un SN de información vieja y se comportan como tópicos - y los clíticos deícticos, cuya presencia señala una relación de identidad o empatía entre el locutor y el objeto mencionado en la enunciación, que puede tener estatus informacional nuevo o viejo. La construcción con el clítico deíctico involucra un tipo específico de acto de habla, el expresivo. Así, la experiencia de un hablante y su visión de mundo se incorporan a la estructura sintáctica por medio de una interficie a través de ese clítico, que resulta ser una categoría pragmática.

 

Referencias Bibliográficas

AUSTIN, J. L.1962. How to Do Things With Words. Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 2nd Edition, 18th printing, 2001.

BARRENECHEA, Ana Maria (org.) El Habla Culta de La Ciudad de Buenos Aires: Elementos para su Estudio. Buenos Aires: Univ. Nacional de Buenos Aires, 1982.

CAMPOS, H. Transitividad e Intransitividad. In: BOSQUE, I.& DEMONTE, V. (orgs.). Gramática Descriptiva de la Lengua Española. Madrid, Espasa Calpe: 1999, p. 1519-1574.

CORREA, P. Clíticos de Acusativo de Espanhol Sob Uma Perspectiva Variacionista. Próximamente en: Estudos Lingüísticos 31, GEL, São Paulo. (2002a)

CORREA, P. A Interface da Pragmática Com Outros Módulos da Gramática. Próximamente en: Cadernos do CNLF, Ano VI, No. 2, Rio de Janeiro. (2002b)

GROPPI, M. Opcionalidad de La Duplicación de Clíticos. In: TROUCHE, A.& L. REIS (orgs.) Hispanismo 2000 vol.1 Niterói: Ministério de Educación, Cultura y Deporte/Associação Brasileira de Hispanistas, 2001, p. 232-238.

MARTÍNEZ, J.A. La Concordancia. In: BOSQUE, I.& DEMONTE, V. (orgs.). Gramática Descriptiva de la Lengua Española. Madrid: Espasa Calpe, 1999, p. 2695-2786.

MEDINA, J. G. Los Actos de habla. Las oraciones imperativas. In: BOSQUE, I.& DEMONTE, V. (orgs.). Gramática Descriptiva de la Lengua Española. Madrid: Espasa Calpe, 1999, p. 3879-3928.

PRINCE, H. On the Given/New Distinction. Ms. University of Pennsylvania, 1980.

SEARLE, J. Speech Acts; An Essay in the Philosophy of Language. Cambridge: Cambridge University Press, 1969.

SUÑER, M. The role of Agreement in Clitic-Doubled Constructions. Natural Language and Linguistic Theory 6 (1988), p. 391-434.

URIAGEREKA, J. An F Position in Western Romance. In: KISS, K.E.(ed.) Discourse Configurational Languages. New York/ Oxford: Oxford University Press, 1995.

_____. Aspects of the Syntax of Clitic Placement in Western Romance. Linguistic Inquiry, Volume 26, Number 1:79-123. Cambridge, Mass.: MIT, 1995.

 

 

1 A una tipología más amplia de los clíticos de acusativo en general se podría añadir, además de los que duplican, aquellos que están en distribución complementaria con un SN, como en el ejemplo (6) del texto, reproducido aquí: -¿Viste a Kiko? –Sí, lo vi.
2 La regla categórica a la que se refiere la autora es aquella caracterizada por el ejemplo (d), que involucra SSNN pronominales.
3 Anderson llama flexionales a esos clíticos, por una analogía que estos tendrían con la flexión verbal: mientras la flexión es una adjunción al sintagma verbal, el clítico flexional es una adjunción obligatoria al nivel del sintagma _____, postulado por él. No obstante, esa discusión no es relevante para la clasificación que propone ese trabajo.
4 Traducción del autor.