2, v.2El misticismo de Santa Teresa de Jesús y el humanismo de Manuel BandeiraCervantes y el Quijote en la narrativa de Paul Auster author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic event listing  





An. 2. Congr. Bras. Hispanistas Oct. 2002

 

Don Quijote y Tirant lo Blanc bajo la perspectiva del honor y de la honra

 

 

Denise Toledo Chammas Cassar

Universidade de São Paulo

 

 

Los valores más sobreestimados de la Edad Media y del Siglo de Oro en España fueron, sin duda, el honor y la honra. Definirlos es una tarea compleja pues supone una multiplicidad de definiciones. La opción que hice para esta presentación fue centrarme en los conceptos de ''honra'' y ''honor'' a partir de las obras en cuestión. Es decir, traté de buscar los conceptos en textos variados con la preocupación de investigar las reacciones y relaciones que ''honor'' y ''honra'' suponen en la vida social. Luego me di cuenta que los hechos que representaban esa obsesión como valor social constituyeron el eje básico de una gran parte de la literatura y pueden ser encontrados en las novelas de caballería y en otros tipos de textos, como el teatro, producidos por muchos autores como Cervantes, Tirso de Molina, Lope de Vega y otros. Sin embargo, hay bellísimos registros de textos de la época escritos de manera magnífica, por personas que registraron el modo de vida de esa sociedad y supieron expresar y describir la vida de la gente bajo la perspectiva de esos valores, como podemos verificar en Castiglione, Ramon Llul, Pinciano, Gracián y otros.

Para que pudiéramos conocer y entender ese mítico honor elegimos dos episodios de obras de la literatura de la Península Ibérica que tienen algunos puntos en común. El primero se refiere al Cap. XVII de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes (2000) que es el episodio de los leones. El segundo pertenece a Tirant Lo Blanc, escrito por Joanot Martorell (2000) en el siglo XV y se refiere al capítulo LXVIII en que el héroe ha enfrentado a un alano. La obra fue escrita en catalán y afortunadamente contamos con una traducción al portugués de Claudio Giordano publicada por la Editorial Giordano en 1998. Martorell ha innovado. Cambió la perspectiva de la literatura, modernizando los registros hasta entonces encontrados. Sabemos que Don Quijote es la primera novela moderna de la literatura occidental, pero podemos afirmar que Tirant lo Blanc fue un precursor de esta perspectiva moderna, pues anticipa aspectos importantes que contribuyeron para estos cambios, entre ellos, una manera especial de construir la narración, como sucede en el episodio a que nos referimos. La obra nos traslada en el tiempo: armas, caballeros, amores, batallas, llantos y todo lo que pertenecía a las novelas de caballería pero escrita de una manera singular.

La propuesta de este trabajo es verificar los valores del honor y de la honra en los textos de la época y analizar lo que ha llevado al caballero Tirant lo Blanc a enfrentar al alano en nombre de su honra. Por otro lado también es mi objetivo verificar cómo Cervantes en Don Quijote ha incorporado y transmite los mismos valores del honor y de la honra por medio de un personaje que pensaba ser un caballero errante en una época en que ya no existían caballeros andantes. En el episodio, don Quijote crea una aventura a través de una actitud disparatada e irresponsable y también graciosa, al enfrentarse con leones hambrientos.

Los motivos que me llevaron a elegir esos dos episodios fueron muchos. Sin embargo lo que realmente me movió en esta dirección, fue el hecho de que los dos caballeros se enfrentaron con animales feroces, además, en los dos episodios la real preocupación de ellos no estaba en el peligro de la aventura sino en la consagración mediante la honra y el honor. Es importante tener en cuenta que Cervantes valora muy positivamente Tirant lo Blanc. Me imagino que todos saben que la obra de Martorell está citada en Don Quijote como uno de los mejores libros del mundo y ¿por qué no juntar los dos mejores libros del mundo en un trabajo de investigación? Esa citación está en el Cáp. VI (CERVANTES, 2000, p.134) de la primera parte cuando el cura y el clérigo están separando las obras que serán quemadas en la hoguera:

''- ¡ Válame Dios! – dijo el cura, dando una gran voz - ¡Qué aquí esté Tirante el Blanco! Dádmele acá, compadre; que hago cuenta que he hallado en él un tesoro de contento y una mina de pasatiempos. Aquí está don Quirieleisón de Montalbán, valeroso caballero, y su hermano Tomas de Montalbán, y el caballero Fonseca, con la batalla que el valiente de Tirante hizo con el alano, y las agudezas de la doncella Placerdemivida ... Digoos verdad, señor compadre, que, por su estilo, es éste el mejor libro del mundo: aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con estas cosas que todos los demás libros de deste género carecen...''

Tirant lo Blanc es una novela de caballería que fue escrita entre 1460 y 1470. Es la historia de un caballero andante audaz y sentimental que pasa por muchas situaciones peligrosas y batallas difíciles. Su esfuerzo es reconocido y llega a ser un general. El amor cortés también hace parte de la narrativa de una manera muy osada. Es importante mencionar que lo que distingue la obra de Martorell de las otras novelas es que las aventuras son verosímiles y la fuerza del caballero es humana. Vargas Llosa en su discurso en la Real Academia de Barcelona en 1990, lo mencionó entre los mejores libros del mundo.

En cuanto al contenido de la narrativa, la aventura del alano hace parte de un accidente. El espacio es una plaza pública, donde había mucha gente, incluso el rey y los jueces de pruebas. El animal se escapó de la cadena y cuando muchos intentaban atarlo, embistió contra Tirant y este dijo que: '' por um animal não quero perder a vida nem a honra da vida temporal'' (p.100). Con la espada intenta asustarlo pero el alano no se va.

El caballero con miedo de que lo consideren un cobarde, una vez que los cobardes no pueden tener honra, lanza su espada y se vuelve violentamente contra el alano sin armas, teniendo la preocupación con lo que los otros, que estaban cerca, pudieran pensar de su actitud. Tirant delante de la perspectiva de perder la honra no teme por su vida.

Con mordeduras mortales Tirant vence la batalla. El rey y los jueces le dieron la gloria y el premio del combate y divulgaron la honra de Tirant por su coraje y valentía.

Esos conceptos: el coraje, la valentía, la honra, el honor, es decir, la moralidad de los caballeros estaban establecidos según la orden a que pertenecían. Algunos registros con respecto a esas órdenes de caballería, fueron documentados, como el trabajo de Ramón Llul (1992), siglo XIII, el Libro de la Orden de la Caballería, una obra magnífica, que expone los valores y las reglas de la caballería con una mirada heroica y religiosa. Antes de armarse caballero le preguntaban al escudero si quería ser caballero y si amaba y temía a Dios. Caso contrario la caballería recibiría deshonor y como honor y deshonor no convenían para la caballería, el escudero que no tuviese temor y amor a Dios no era digno de ser un caballero. (p.56). Llul expone el coraje en uno de los principios de la Caballería:

Si la menor nobleza de coraje conviniera mejor con la orden de caballería que la mayor, flaqueza y cobardía concordarían con caballería contra el valor y la fuerza de coraje; y sí esto fuese así, flaqueza y cobardía serían oficio de caballero y valor y fuerza desordenarían la orden de Caballería.... pues la caballería en ningún lugar está tan agradablemente como en la nobleza de coraje. Y ningún hombre puede amar ni honrar ni poseer mejor la caballería que aquel que muere por el honor y la orden de caballería. (p.42)

Los caballeros, como está en el prólogo del libro de Llul, tenían honra y poder para defender y ordenar al pueblo. Así un caballero siempre debía pensar en la honra antes de todo, debía honrar sus armas, honrar la orden a que pertenecía. El autor también afirma que el honor y la honra valían más que dinero, oro y plata. (p.47)

El propio Martorell, escribió un tratado sobre una orden de caballería que recibió el nombre de Guillén de Varoic. Algunos de esos capítulos fueron utilizados por el autor en Tirant lo Blanc y ese tratado también está basado en el tema de la honra y del honor.

A pesar de que esos valores tuvieron el mismo significado para los dos caballeros, la historia de Tirant no fue igual a la de don Quijote. No le pasó lo mismo con el personaje de Cervantes: nuestro héroe está buscando aventura, y la fabrica, a pesar de los consejos que recibe de Sancho, del Caballero del Verde Gabán y del leonero. El problema empieza cuando don Quijote mira unas carrozas y le pide al leonero que dejara a los leones sueltos para que pudiese enfrentarlos. Para sorpresa de todos y decepción de don Quijote, el león no quiso enfrentarlo, lo menosprecia y no le hace caso. Le da la espalda y le enseña a don Quijote sus partes traseras.

El Caballero de la Triste Figura quiso enfrentar a los leones por su honor, por eso afirma que no era hombre de espantarse de leones (CERVANTES, 1951, p. 435) y le hace al leonero su indagación tan famosa: ¿ Leoncitos a mí? ¿A mí leoncitos, y a tales horas?.Siente la necesidad de enfrentarlos, como los auténticos caballeros enfrentaban a sus enemigos, pues necesita de aventuras para conquistar la honra. Es interesante que el leonero colabora con Don Quijote cuando le cuenta a los demás lo que ha pasado diciendo que el león acobardado ni osó salir de la jaula, exagerando lo mejor que pudo.

Su preocupación estaba basada en lo que el leonero le iba a contar a la gente, con la honra que iba a conquistar con esa hazaña. No estaba preocupado con su vida, una vez que enfrentaría a los leones. Necesitaba de aventuras para conquistar la honra. En realidad, la honra es la principal preocupación de los dos caballeros en sus aventuras

¿Qué sentimiento era ése tan fuerte? En España, el honor y la honra fueron incorporados por la sociedad de una manera sobresaliente. En el siglo XVI Pinciano (1987) reescribió de manera admirable y dialogada una cierta versión de las ideas de la Poética de Aristóteles y en uno de esos diálogos comenta la importancia del honor y de la honra como algo que satisface al espíritu, o sea, es un bien que trasciende para alcanzar la felicidad:

El menosprecio, según el Philósofo, en el segundo de su Retórica, es una de las sarnas que más inquieta el spíritu del hombre, y, al contrario, el honor y la honra es la que más le sosiega y satisfeze... (p.15)

Pinciano la define con las palabras de Aristóteles como una estimación, exactamente el sentido que buscamos para las aventuras de los caballeros:

''La honra, dice el Philósofo, es juicio de la estimación de la persona bien hechona. La honra es una estimación, la qual estimación se manifiesta con hechos, de manera que no es honrado uno, sino es que con alguna obra lo sea... la corona, señor, compañero, es la honra, a cual muchas vezes sigue la inmortalidad de la fama...''(p.153)

Una persona bien hechona, como eran los caballeros andantes. Hombres que intentaban ayudar a los demás, enseñando su fuerza, coraje y valentía. Tirant era una persona bien hechona y don Quijote intentaba serlo creando sus aventuras. Pinciano vinculaba la honra a la felicidad como si fuera una búsqueda constante del ser humano. Decía que valía más que una joya.

No podemos olvidarnos que la honra se conquistaba a través de la mirada ajena. Costaba mucho obtenerla, era una conquista de todos los días que dependía de la mirada social. Sin embargo, no podemos hablar del honor y de la honra en la literatura de las novelas de caballerías sin tener en cuenta la formación de la sociedad española, que se constituyó de tres distintas culturas: cristianos, moros y judíos. En el siglo XVI el tema del honor y de la honra está extremadamente destacado, pues la sociedad española se encuentra en un momento conflictivo teniendo en cuenta las relaciones entre las tres culturas.

El honor pertenecía a un estamento: a la nobleza, es decir, a los hidalgos que eran nobles por su linaje y por su sangre limpia. La persona ya nacía con honor. Es lo que podemos verificar en Fuente Ovejuna (LOPE DE VEGA,1999, p.63), cuando Jacinta habla con el Comendador:

Sí,

Porque tengo un padre honrado,
que si en alto nacimiento
no te iguala, en las costumbres
te vence.

Pero había dos maneras más de conseguir el honor y la honra. Los caballeros con sus hazañas obtenían el honor por su mérito. Desde los tiempos de El Cid ya se hablaba de una cierta movilidad social por incremento de bienes materiales, a través de los botines y de méritos, se conseguía el honor. Con el tiempo, pasó a existir otra manera de conquistarlo, surgió la venta de títulos como una mercancía, es decir, la hidalguía empezaba a hacer parte de un comercio. Muchos que volvían de América con plata y oro, compraban sus títulos de nobleza y así alcanzaban el honor.

Ya la sociedad había cambiado muchísimo en el siglo XVII con relación a la época medieval. Los caballeros andantes ya no existían pero sus valores perduraron por mucho tiempo en el modo de vivir de los cortesanos. Los caballeros siguieron existiendo con otros hábitos, como cortesanos utilizando con armas menores, no más en busca de aventuras, en defensa de viudas y huérfanos, pero como el estilo de vida de un grupo social.

En El Cortesano (Castiglione, 1994, p.134) los personajes nos describen exactamente cómo debería ser y vivir un cortesano en el siglo XVI en España. El autor utiliza la forma de una tertulia para definir y exponer algunas normas que son enunciadas de manera elegante e interesante. El concepto del honor descrito por Castiglione corresponde al concepto encontrado en obras anteriores de siglos pasados y sigue siendo una regla para los cortesanos. La sociedad cambió, las costumbres cambiaron, pero la virtud del honor y de la honra no dejó de pertenecer a la sociedad:

...que este nuestro cortesano sea de buen linaje; ... El de noble sangre, si se desvía del camino de sus antepasados, amancilla el nombre de los suyos y no solamente no gana mas pierde lo ya ganado. Porque la nobleza del linaje es casi una clara lámpara que alumbra y hace que se vean las buenas y las malas obras... Mas la baxa sangre, no echando de si ningún resplandor, hace que los hombres baxos carezcan del deseo de la honra y del temor de la deshonra. (123)

El honor es entonces una búsqueda social, o sea, todos los caballeros deberían conquistarlo y todos los cortesanos deberían tenerlo y perseguirlo. Podemos afirmar que este resultado es un comportamiento que uno va a manifestarr antes de reconocerse como persona, como una obligación. De ese modo, el honor es una calidad que lo identifica dentro de un grupo. Por éso la búsqueda de don Quijote por el honor. Además de las ropas, del nombre, del caballo, del amor cortés, de las armas, él necesitaba conquistar la honra para ser identificado como un caballero.

Pero no sólo la honra era mencionada en los libros de las órdenes de caballería. Llul, en la segunda parte de su libro, La cual habla de la orden de Caballería y del oficio que es propio de Caballero, en el ítem dieciocho, explica que la caballería no existe sin sabiduría y cordura:

pues si lo hiciesen, locura e ignorancia convendrían con la orden de caballería... y te hace menospreciar los peligros para que puedas honrar la caballería, así conviene que la orden de caballería te haga amar la sabiduría y cordura con que puedas honrar la orden de caballería contra el desorden y la decadencia que hay en aquellos que piensan cumplir con el honor de la caballería por la locura y la mengua de entendimiento. (p.43)

Con esa explanación queda claro una diferencia entre nuestros dos caballeros, Tirant y don Quijote, a pesar de que vivieron aventuras muy parecidas las concibieron de maneras distintas. Después de su lucha con el alano, Tirant habla con la reina y dice que no le quería hacer mal a nadie, pero apareció un diablo en forma de alano, no resistió y acabó dando espacio a su instinto. Es decir, Tirant se dio cuenta de la locura que había hecho, que fue una actitud instintiva, pero tenía la conciencia de la pérdida de su honra, caso no enfrentase al animal. Lo que no ocurrió con don Quijote que no tuvo esa conciencia. Castiglione también hace menciones a estos desafíos de los caballeros, y dice que el cortesano debía saber hacer buenas querellas y diferencias..., pero que no sea liviano en venir fácilmente a estos desafíos, excúselos cuanto pudiere, hasta que le fuerce la obligación de su honra.(p.135) Fue exactamente lo que sintió Tirant: su honra estaba expuesta en toda la plaza ante la mirada de la gente que estaba alrededor. Pero eso no ha pasado con don Quijote. Los leones no lo enfrentaron, no lo habían visto, ni dudaron de su honra. Don Quijote ha creado una situación difícil y peligrosa, aunque fuera divertida para los lectores, y es importante mencionar que los sentimientos de honra y honor estaban exclusivamente en su pensamiento, no en la mirada ajena. Pero aún así, ése es el principal motivo que abarca esta aventura, el caballero enfrentó a los leones por su honor, ese sentimiento que venía del alma de un pueblo que ha vivido y sufrido con sus principios y con sus reglas.

En el comienzo de esta comunicación les dije que muchos fueron los motivos que me llevaron a elegir esos dos episodios. Me gustaría añadir que uno de ellos fue la cantidad de veces que la palabra ''honra'' aparece en Tirant lo Blanc, a veces hasta cinco o seis veces en la misma página. Por lo tanto, hacer una investigación sobre novelas de caballerías sin mencionar la importancia de la honra es casi imposible. Cuando empecé a estudiar las relaciones que estos valores representaron para la sociedad ibérica, pude entender que este sentimiento era una fuerza que pertenecía a todos y que muchas veces generaba conflictos personales y hasta sociales.

La honra permaneció durante muchos siglos como un ideal de vida a ser conquistado por unos y mantenido por otros, por eso Tirant casi pierde la vida al enfrentarse con un animal feroz. Ya don Quijote con el intento de rescatar los días de gloria del pasado, quiso enfrentarse con leones lo que resultó para los lectores en una escena graciosa de un caballero disparatado. Pero el contenido de ese episodio no es sólo gracioso, sino que ofrece algo especial que sorprende al lector. Y esa sorpresa, ese encantamiento que Cervantes le provoca al lector está efectivamente en la búsqueda de los valores del honor y de la honra que permanecieron durante muchos siglos en la sociedad ibérica. En realidad, los dos caballeros lograron lo que deseaban: el rey le dio la gloria a Tirant y divulgó su honra por coraje y valentía. En cuanto a don Quijote, el leonero hizo lo mismo. Al escucharlo contándole a todos sobre su valentía y coraje el espíritu del caballero se satisface porque finalmente su honra sería reconocida por todos: el Caballero de la Triste Figura se ha transformado en el Caballero de los Leones.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BOSI, A. Fenomenologia do Olhar. In: O Olhar.São Paulo: Cia. das Letras, 1989.

CASTIGLIONI, B. El Cortesano Madrid: Cátedra, 1994.

CASTRO, A. El pensamiento de Cervantes. Madrid: Taurus, 1986.

______________De la Edad conflictiva. Madrid: Taurus, 1976.

______________España en su historia. Cristianos, Moros y Judíos. Barcelona: Crítica, 1983.

CERVANTES, M. de. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha I y II. Madrid: Cátedra, 2000.

______________ El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha. Buenos Aires: Espalsa-Cape, 1951.

LARRACA, M. E.. El Poema de Mio Cid. Madrid: ED. José Porrúa Turanzas, 1998.

LOPE DE VEGA, F. Fuente Ovejuna. Madrid: Unidad Editorial, 1999.

LLOSA, M. V. Carta de Batalla por Tirant lo Blanc. Barcelona: ED. Seis Barral, 1991.

LLUL, Ramon. Libro de la Orden de la Caballería. Madrid: Alianza Editorial, 1992.

LOPEZ ESTRADA, F. Introducción a la literatura medieval española. Madrid: Gredos, 1979.

MARAVALL, J. A. Poder, Honor y élites en el siglo XVII. Madrid: Siglo Veintiuno Editores, 1989.

MARTORELL, J. Tirant lo Blanc. São Paulo: ED Giordano, 2000.

MOLINA, T. de. El Burlador de Sevilla. Madrid: Unidad Editorial, 1999.

PINCIANO, L. Philosofia Antigua Poética. Madrid: CSIC, 1973.

VIDAL, C. Enciclopedia del Quijote. Madrid: ED. Planeta, 2000.

WILLIAMSON, E. El Quijote y los libros de Caballerías Madrid: Taurus, 1999.