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An. 2. Congr. Bras. Hispanistas Oct. 2002

 

El tema religioso en Talpa, cuento de Juan Rulfo

 

 

Rafael Camorlinga Alcaraz

UFSC

 

 

1. Ficción y realidad

Talpa1 es para los habitantes del centro oeste de México lo que Guadalupe para los mexicanos en general. La imagen, milagrosa, según sus devotos, tomó el nombre del pueblo en que se venera. Escogiendo Talpa como título para uno de sus cuentos2, Rulfo ha divulgado el topónimo más allá de las fronteras nacionales, dando renombre al nombre.

El cuento narra la historia de Tanilo que, víctima de una enfermedad repugnante, decide ir al santuario de Talpa para implorar la curación de la Virgen. Natalia, la esposa y un hermano del enfermo, lo acompañan. El milagro no se realiza; en vez de recuperar la salud, el peregrino muere frente a la imagen invocada. A la ida, durante las pausas nocturnas, cuñado y cuñada tienen encuentros íntimos. A la vuelta, muerto Tanilo, lo que fuera motivo de placer se convierte en fuente de remordimiento que aísla a los ex-amantes.

Los elementos realistas del cuento no se reducen al nombre del pueblo y a la imagen que allí se venera. Víctima de enfermedades curables, pero sin la menor posibilidad de valerse de los recursos naturales de la medicina, la población del medio rural mexicano recurre al auxilio sobrenatural. Se dirige a una de las varias Vírgenes que se encuentran diseminadas a lo largo y ancho del territorio. ''Había muchas otras Vírgenes, pero sólo la de Talpa era la buena'' (RULFO, 1996, p.55). Igualmente reales son las romerías que desde los varios puntos de la región se dirigen a aquel santuario. Las peregrinaciones tienen por lo general finalidad religiosa: pagar una ''manda'' (promesa) o implorar una ''gracia''. Si se pidió y recibió lo solicitado, hay que ''pagar'' por ello; si se espera recibirlo, hay que acelerar su llegada adelantando el ''pago''. Las penalidades inherentes al mucho caminar bajo sol del día y el frío de la noche de marzo son fácilmente imaginables.

Además del sacrificio que supone la propia peregrinación, los devotos suelen practicar penitencias supererogatorias. Una visita a los principales santuarios de la nación revelaría que la autoflagelación de Tanilo no está tan alejada de la realidad. El realismo de Talpa llega al extremo con la muerte del enfermo. Dado el estado en que se encontraba al entrar en el santuario, lo que se pedía no era una curación sino una resurrección. Era un jugarse el todo por el todo. El deterioro de un cuerpo debilitado por la enfermedad y torturado por la penitencia sigue su curso natural. Por otra parte, faltando el auxilio sobrenatural implorado, el resultado es la muerte. Muerte atroz, por cierto.

La simple mención de los rasgos realistas del cuento, sin embargo, no hacen justicia a su complejidad ni, por consiguiente, a las técnicas narrativas3 que hacen del mismo una joya del género. En ''Talpa'' Rulfo emplea recursos que en Pedro Páramo alcanzarán mayor refinamiento. Uno de ellos es la alteración de la secuencia temporal, conocida desde la época clásica4. En vez de introducir el tema y exponerlo mediante planteamiento, nudo y desenlace, se empieza en una sección ya avanzada del argumento. De ahí, mediante el recurso a la analepsis o flashback, se van conociendo los hechos precedentes. Eso es precisamente lo que ocurre en ''Talpa'' . El punto de partida es una especie de Pietà5 a la mexicana. Natalia llorando en brazos de la madre es el epílogo de un drama cuya retrospectiva se presenta enseguida. Invirtiendo el desarrollo lógico del relato, se comienza por el fin. Es el conocido recurso narrativo de empezar in medias res, que en este caso es propiamente in ultimas res, puesto que se empieza por el fin. La narración gira en torno a la muerte de Tanilo, acaecida unos días antes. El remordimiento de la esposa y del hermano actualiza el pasado y predetermina el futuro, fundiéndolos en un angustioso presente.

En la escena inicial vemos a Natalia llorando en brazos de su madre, con un llanto quedito, y al cuñado atormentado, sin tener siquiera el desahogo de la cuñada. Enseguida se informa que Tanilo fue enterrado, añadiendo algunos detalles. Sólo más adelante, a partir de la segunda página (RULFO, 1996, p. 50), sabremos la causa de la aflicción: la muerte de Tanilo y el papel que esposa y hermano desempeñaron en ello. ''Porque la cosa es que a Tanilo Santos entre Natalia y yo lo matamos. Lo llevamos a Talpa para que se muriera. Y se murió ... Eso hicimos'' (Idem., Ibíd., p. 50). A continuación se explica, aunque indirectamente, la razón de semejante crueldad. De hecho, en los descansos nocturnos, los cuñados, ''escondidos de la luz del cielo y fuera de los ojos de Tanilo'', daban rienda suelta al erotismo reprimido6.

Hasta aquí, en lo que constituye aproximadamente una tercera parte del cuento, se narran los principales acontecimientos. Se sobrepone después una segunda narración, añadiendo pormenores sobre el largo y penoso peregrinar, con ''variaciones sobre el mismo tema''. En efecto, Clinton compara el relato con la ejecución de una sinfonía: el modo de narrar se asemeja a una composición musical en que el tema, dado en la obertura, se repite bajo diversas formas a lo largo de la ejecución (CLINTON, 1975, p. 552). El narrador, después de mostrar a los personajes y sus padecimientos, internos y externos, llama la atención hacia el ambiente: inmersión en una multitud anónima y descontrolada, bajo los rayos inclementes del sol y el polvo que los hostiga sin cesar. La alusión insistente al polvo evoca reminiscencias bíblicas. Por el contrario, el simbolismo luz-bondad, oscuridad-maldad es revertido. La luz degenera en calor sofocante, la claridad en instrumento que puede poner al descubierto los siniestros designios de los amantes. En cambio, la noche, además de mitigar los ardores del sol, esconde a la pareja incestuosa de la luz del cielo; simboliza además la muerte, hacia la cual se encaminan como hacia la liberación definitiva: Ya descansaremos bien a bien cuando estemos muertos (p. 54).

Sin embargo, el cambio de enfoque, de lo subjetivo al mundo circundante, no implica realidades distintas, como observa atinadamente William Rowe:

It is thus inappropriate to apply the concept of a separate inner world to Rulfo's characters. (...) Rulfo's stories break down the boundary between inward and outward, subjective and objective (ROWE, 1987, p. 41).

No es que se niegue la existencia de la realidad de monotonía, penuria y violencia en que se mueven los personajes. Pero lo mismo ocurre con la realidad interna, de manera que, ''what is internal is experienced as external, and viceversa'' (Idem, Ibíd., p. 40). Haciendo nuestra la óptica del narrador comprenderemos mejor la enfermedad horripilante de Tanilo, su inaudita penitencia supererogatoria y el derroche de vitalidad instantes antes de morir.

 

2. El tema de Talpa

Identificar el contenido de Talpa es aparentemente fácil; de inmediato surge el tema religioso, como en Nos han dado la tierra la reforma agraria y en El llano en llamas la violencia revolucionaria, etc. Pero la complejidad del texto literario aconseja la cautela 7. Cuentistas de la talla de Rulfo rehuyen la obviedad del cuento tradicional. En vista de la perspicacia del lector moderno se tiene que recurrir a ciertos artificios, según recomienda Borges. ''El cuento deberá constar de dos argumentos; uno falso que, vagamente se indica y otro, el auténtico, que se mantendrá secreto hasta el fin'' (ZAVALA, 1993, I, p. 39-40).

El título del cuento ahora analizado sugiere de inmediato el tema religioso. Al conocer de antemano el final infeliz, la atención se dirige hacia los hechos ocurridos durante la peregrinación. Se percibe entonces que la relación incestuosa entre los cuñados ocupa un lugar destacado. Cabe entonces preguntarse si el tema religioso es el principal, o en todo caso, el único. En ese punto se puede asociar el cuento de Rulfo con Cartas de mamá, de Julio Cortázar (MENTON, 1999. p. 532-552). Este último se refiere a la pareja Luis y Laura, argentinos residentes en París. Las cartas que él recibe de la mamá, anciana, son el hilo que lleva a la madeja: la chica había cambiado al hermano, enfermizo e introvertido, por el outro, sano y exitoso. A pesar de que Nico, el ex novio de Laura, había muerto, la mamá empezó a mencionarlo en sus cartas al hijo en París. Eso bastó para revivir los fantasmas que se suponían sepultados, echando por tierra la aparente estabilidad de la pareja.

Pasando por alto las muchas coincidencias existentes entre los dos cuentos, me limito a señalar las más pertinentes. En ambos casos se trata de un triángulo amoroso integrado por una mujer y dos hombres, hermanos. La parte sacrificada es la más débil: el hermano enfermo, que a la postre muere, muerte planeada (Talpa), acaecida en el momento adecuado (Cartas). Pero la víctima se venga, adquiriendo una prominencia que no poseía en vida. En virtud de esa bilocación fantasmal, Nico cruza el Atlántico y se mete como una cuña entre la pareja Luis - Laura; Tanilo se vuelve una fuerza centrífuga que lanza a los amantes en direcciones opuestas. Además, en ambas parejas hay una comunicación subterránea, no verbal, entre ellos y ellas, que resulta en complicidad.

En cuanto al entorno social de los acontecimientos, ''Cartas'' y ''Talpa'' no podían estar más distantes entre sí. Lo mismo se puede decir de los personajes: cultos en el primer caso, rudos, quizá analfabetos, en el segundo. No obstante, el personaje desplazado es capaz de pasar de un continente a otro y perturbar la aparente dicha de la pareja; o, sepultado, ''con tierra y piedras encima'' , resurge y separa a los amantes tanto o más de lo que la pasión los aproximara. El resultado en ambos casos es la conciencia de haber fallado. Las cartas de mamá, esperadas y temidas, ''le traían (a Luis) un tácito perdón, pero de nada había que perdonarlo'' (p. 537). A pesar de esa no admisión de culpa, Luis se ve obligado a confesar: ''si se pudiera romper y tirar el pasado como el borrador de una carta o de un libro. Pero ahí queda siempre, manchando la copia en limpio'' (p. 533). En términos análogos se expresa el personaje de ''Talpa'': ''yo sé ahora que Natalia está arrepentida. Y yo también lo estoy; pero eso no nos salvará del remordimiento ni nos dará ninguna paz nunca'' (58).

Hay aún otra coincidencia entre las dos parejas, no identificable a simple vista. La relación de Natalia con su cuñado es incestuosa, en tanto que la de Laura y Luis, teórica u oficialmente, no lo es. En realidad, no obstante la legalidad y la conformidad con las convenciones sociales, la segunda pareja también vive incestuosamente. Ni la aprobación de la sociedad ni la bendición de la iglesia son capaces de subsanar una relación viciada en su misma raíz. ''Literariamente'' y con toda la sutileza de que los autores de ''Talpa'' y ''Cartas'' son capaces, ambos parecen lanzar la siguiente advertencia: campesino rudo y analfabeta de la provincia o culto ciudadano de dos mundos, no puedes, impunemente, fincar tu dicha sobre la desdicha del prójimo, hermano tuyo.

 

La respuesta de la Virgen

La lectura de ''Talpa'' bajo la óptica de la religión admite más de una interpretación. Privado de toda esperanza humana, Tanilo recurre a la ayuda sobrenatural. Ésta llega, pero no en la forma esperada, sino contrariando sus expectativas: en vez de la prolongación de la vida física, efímera, mediante la muerte del cuerpo se le proporciona el ingreso en la vida eterna8. Otro acercamiento al cuento ve en la peregrinación a Talpa el último recurso que le queda al enfermo desahuciado. ''La Virgencita le daría el remedio para aliviarse''. Pero la respuesta fue el silencio de la virgen de Talpa. Una cosa es responder no; otra muy diferente no responder. En la segunda hipótesis el silencio de la Virgen sería eco del ''silencio de Dios'' que tanto ha incomodado a algunos pensadores (MOELLER, 1958, I, p. 24-25). Tanto la primera como la segunda lectura encuentran respaldo en el texto, al mismo tiempo que exhiben riqueza de matices literarios y ''rulfianos''.

 

3.1- La Virgen respondió: no

Tanilo, hablando también por el hermano y la cuñada, explica la duración y lo duro de la peregrinación: ''Habíamos salido a mediados de febrero y llegamos a Talpa en los últimos días de marzo''. Tanto el número de días, 40 aproximadamente, como el período del año corresponden al tiempo litúrgico de la cuaresma. El peregrnar de Tanilo, sin embargo, a diferencia de la cuaresma que culmina con la Pascua, no podría haber tenido un fin más infeliz.

Al aproximarse a Talpa la peregrinación se convierte en un verdadero via crucis, que terminará con la muerte y sepultura del enfermo. Para que no quepa la menor duda, el hermano del difunto remata la narración de su penosa experiencia con la explicación: ''Natalia y yo echamos tierra y piedras encima (de la tumba)'' (p. 59). Quizá ese gesto sea un intento de impedir que ni siquiera el alma del difunto salga de allí.

El ''anti-milagro de Talpa'' remite al desenlace análogo de ''Diles que no me maten''. En éste, cuento del mismo escritor, un viejo que cometió un asesinado hace treinta y cinco años y que ha pasado mayor parte de su vida huyendo, que lo ha perdido todo (incluso a la mujer) y que no tardará en morirse de muerte natural, en vano implora, ''reza'', para que no lo maten. El ''milagro'' de conmover y convencer a su ejecutor no se realiza. Lo que haría esperar en Talpa un desenlace diferente es el recurso a la ayuda sobrenatural, que tampoco llega.

 

3.2- La Virgen no respondió

La hagiografía cristiana abunda en ejemplos de curaciones obtenidas mediante la oración ante una imagen milagrosa, al toque de una reliquia o al conjuro de un hombre de Dios. En Talpa la expectativa del milagro queda excluída desde el principio. Al contrario, Tanilo murió un poco antes, debido a los malos tratos del viaje. Descartado el desenlace feliz de la curación, se puede esperar otro: el enlace venturoso de los dos romeros sobrevivientes. Ahora podrán realizar en completa libertad lo que antes tan sólo podían hacer a hurtadillas y esporádicamente. Pero tampoco esto se logra; en este aspecto la situación empeora. Conclusión: el muerto está mejor que los vivos, pues aquél descansó - Tanilo se alivió hasta de vivir (52)9 -, mientras que éstos llevan el germen letal del remordimiento que los convierte en cadáveres ambulantes.

Así pues, Talpa se encuadra dentro de la ''nueva narrativa'', caracterizada, no por los acontecimientos exteriores ''sino por las vivencias interiores, las obsesiones y ''demonios'' del propio autor encarnados en los personajes literarios'' (COULSON, in GIACOMAN, 1974, p. 332). En los cuentos esos rasgos se manifiestan en la sencillez del tema, ausencia del factor suspense y, por lo tanto, de la sorpresa.

La fuerza de temas tan sencillos radica en que la sorpresa que nos dan (en general modesta) no procede del complicado artificio, sino del complicado artificio de la naturaleza humana que inocentemente revelan (ZAVALA, 1993, I, p. 201).

Por eso, en lugar de la anécdota, propia del cuento tradicional, se coloca el incidente. Aunque éste tendrá que ser significativo para llamar la atención, en primer lugar, del autor, quien lo revelará al lector también de manera significativa ( p. 209). Renunciando al fácil artificio de la anécdota, el cuentista debe tener un raro dominio de los recursos narrativos para cautivar al lector y conducirlo a la contemplación de facetas que, por obvias, muchas veces pasan desapercibidas ''en la jungla de la naturaleza humana'' ( p. 208).

En ''Talpa'' el argumento no podía ser más simple: el milagro implorado no se obtiene y el enfermo muere. Paradójicamente, lo extraordinario del cuento consiste en decir que no ocurrió nada de extraordinario. ''The idea of maintaining tension through traditional dramatic suspension is cast aside, since the reader knows from the beginning how things are going to turn out'' (CLINTON, 1975, p. 522). Pese a ello, o justamente por ello, el lector dirige su mirada hacia las peripecias del viaje. Y en ellas encontrará sucesos tan importantes o quizá más que el mismo desenlace. Uno de ellos sobresale en importancia, por el sentimiento de culpa que provoca y la estela de remordimiento que deja: la relación incestuosa entre los cuñados10.

Muerto Tanilo, enfrente de la Virgen y durante el sermón del sacerdote, el hermano confiesa la tristeza que lo embarga al verse con el hermano muerto en brazos, ''como si fuera un estorbo'', y ver la vitalidad religioso-carnavalesca en su alrededor. ''Y ver a la Virgen allí, mero enfrente de nosotros dándonos su sonrisa''. Lo reitera: ''me dio tristeza''.

Suponer que la Virgen dijo que no, sería menos angustioso que interpretar el silencio como la respuesta del vacío, de la nada. En la primera hipótesis no se excluye la actitud religiosa. Al contrario, puede interpretarse como una aceptación de los designios divinos, inescrutables y siempre acatados aun cuando contrarían nuestras expectativas. Éste es un comportamiento muy frecuente entre el pueblo mexicano. Francisco Rojas González (1999: 272-277), cuentista también y contemporáneo de Rulfo, lo trata en uno de sus relatos: ''La parábola del joven tuerto''. Un muchacho se vuelve el hazme-reir del pueblo por carecer de un ojo. Va, junto con su madre, a pedirle a la Virgen que le haga el milagro. Lo que logra es la pérdida del ojo sano al caerle la varilla de un cohete. Obtuvo un ''milagro'': ya no podrán llamarlo tuerto, pues ahora es ciego. Hay que agradecer a la Virgen por ello.

En las entrevistas que Rulfo concedía, aunque a regañadientes, expresó sus ideas sobre religión. ''El mexicano, propiamente de clase baja y hasta cierta clase media baja, es, por lo general, fanático religioso'', (RULFO, 1996, p. 465). Personas con la sensibilidad y perspicacia del escritor no pueden menos de rebelarse ante situaciones de extrema pobreza material y espiritual como la revelada en las peregrinaciones a los santuarios en diferentes sitios del territorio mexicano. Escritores como José Revueltas toman una actitud de clara denuncia; otros, según vimos, explotan el aspecto folclórico. Rulfo, paradójicamente, alejándose de la materialidad de los hechos, se sumerge en las entrañas de los mismos y trae a la superficie detalles que escapan a la mirada superficial.

El instinto de supervivencia de Tanilo lo orilla al extremo de una apuesta suicida, o sea, la de jugarse los pocos días que le restan de vida con la esperanza de recuperarlos multiplicados. Pierde la apuesta. Amor, sexo y violencia, aparentemente incompatibles con una atmósfera impregnada de religiosidad, se conjugan en Talpa. El ser humano es el locus donde se realiza esa síntesis explosiva; él es víctima y a la vez victimario, angustiado entre un deseo insatisfecho y un remordimiento incurable, condenado a vagar por su laberinto, sin esperanza de dar con la salida.

 

BIBLIOGRAFÍA

CLINTON, T. S. Form and meaning in Rulfo's ''Talpa''. Romance Notes, S/c: S/E. n. 16, p. 220-225, 1975.

COULSON, B. G. Observaciones sbre la visión del mundo en Juan Rulfo, in GIACOMAN, ''Homenaje a Juan Rulfo'', p. 323-334.

DIETL-ZEINER, J. Das Kastrierte Evangelium. München: Ariston Verlag, 1996.

JIMÉNEZ DE BÁEZ, Y. Juan Rulfo, del páramo a la esperanza. Una lectura crítica de su obra. México: Fondo de Cultura Económica, 1990.

KRICKENBERG, W. Las antiguas Culturas Mexicanas. Traducción de Sita Garst y jasmín Reuter. México: Fondo de Cultura Económica, 1993 (9ª reimpresión).

MENTON, S. El cuento hispanoamericano. Antología histórico-crítica. México: Fondo de Cultura Económica, 1999.

MOELLER, CH. Literatura del Siglo XX y Cristianismo. Madrid: Gredos, 1955.

PERALTA , V., BEFUMO BOSCHI, L. Rulfo. La soledad creadora. Buenos Aires: Fernando García Cambeiro, 1975.

ROJAS GONZÁLEZ, R. Obra literaria completa. México: Fondo de Cultura Económica, 1999.

ROWE, W. El llano en llamas. London: Grant & Cutler Ld, 1987.

RULFO, J. Toda la obra. Edición crítica coordinada por Claude Fell, CNA, México: Fondo de Cultura Económica – Ediciones UNESCO, 1996.

ZAVALA, L. (Comp.). Teoría del cuento I – teoría de los cuentistas. México: UNAM, 1993.

 

 

1 ''Talpa de Allende es la cabecera del municipio del mismo nombre, en el estado de Jalisco, al suroeste de Guadalajara (...). Es un lugar de peregrinaciones pues se venera allí a Nuestra Señora de Talpa'' (López Mena, in Juan Rulfo. Toda la obra, p. 60). La basílica de la Virgen de Guadalupe cuya fiesta se celebra el 12 de diciembre, tiene semejanza con Nuestra Señora Aparecida de Brasil.
2 Por lo general se le asigna el sexto lugar. Así lo vemos en Juan Rulfo. Toda la obra , en las ediciones de Plaza y Janés, Cátedra y también en la traducción al alemán, realizada por Mariana Frenk (Suhrkamp Verlag, reimpresión con permiso de la Carl Hanser Verlag München, 1964). En cambio, en la traducción portuguesa figura en séptimo lugar, lo mismo que en la publicación de la editorial Planeta.
3 ... ''literary techniques that are worked and polished almost to the point of perfection'' (Clinton 1975: 520).
4 En efecto, se encuentra en la Ilíada de Homero y en Edipo Rey, de Sófocles.
5 Jiménez de Báez ve en Talpa ''la marca de Caín'', y en Tanilo un ''Abel disminuido''. Ella misma asocia la escena inicial del cuento con la famosa obra de Miguel Angel (Jiménez de Báez 1990: 83-84).
6 Peralta y B. Boschi ven en el hecho erotismo y no amor: ''ausente el amor, como en casi toda la obra de Rulfo, la enajenación erótica nacida de la soledad de Natalia, aísla a los amantes'' (Pralta – Befumo Boschi 1975: 42).
7 La cautela recomendada respecto del texto literario, dado su carácter ambivalente o polisémico, debe extremarse tratándose de Rulfo. Efectivamente, en él nada se autoexpresa (Peralta – B. Boschi 1975: 50).
8 ''Salus,'' latín, significa tanto salud como salvación. Una visión cristiana de la muerte consiste en contemplarla como el comienzo de la verdadera vida. Por consiguiente, principio de salvación.
9 La vida como tormento y la muerte como solución es evidente también en Luvina: ''Los días comienzan y se acaban. Luego viene la noche. Solamente el día y la noche hasta el día de la muerte, que para ellos es una esperanza'' (p. 120-21). La muerte como descanso, preconizada por el cristianismo, se resume en la expresión latina: requiescat in pace (que descanse en paz).
10 La escena que introduce y concluye el relato, llanto de Natalia y confesión del crimen cometido entre ella y el cuñado, son suficiente prueba de ello. Aquí se puede ver, entre otras cosas, la circularidad del relato, rasgo de varios cuentos rulfianos.